Una
sola salud: una perspectiva veterinaria
One health:
a veterinary perspective
Ana Lucía Urbizu-González1,
Liduvina Vázquez-Ruiz1, Ivonne Ceballos-Olvera1, Wendy
Hernández-Cabrera1, Pablo González-Alanís1, Manuel
Goldaracena-Olvera1, María de la Luz Vázquez-Sauceda1*
Autor
para correspondencia: mvazquez@docentes.uat.edu.mx Fecha de recepción: 29 de junio de 2023
Fecha de
aceptación: 27 de julio de 2023 Fecha de publicación: 11 de agosto de
2023
Facultad
de Medicina Veterinaria y Zootecnia, Universidad Autónoma de Tamaulipas. Ciudad
Victoria, Tamaulipas, México.
Resumen
En esta revisión se
aborda el concepto de Una Sola Salud desde una perspectiva veterinaria. Es
importante destacar que a pesar de que este concepto se formalizó a comienzos
del siglo, los aspectos que aborda han sido considerados desde hace varias
décadas utilizando diversos términos. Calvin Schwabe,
en los años 70´s y en el ámbito de la epidemiología veterinaria manifiesta el
concepto de "Una Medicina" para expresar las interacciones donde se
involucran la salud entre hombre y animal. Como consecuencia, la estructura
formal del concepto “Una Salud” en 2008, lo abordan la Organización Mundial de
la Salud (OMS), la Organización de las Naciones Unidas para la Agricultura y la
Alimentación (FAO) y la Organización Mundial de la Sanidad Animal (OIE) tomando
en cuenta las problemáticas sanitarias en la triada hombre-animal-ambiente. En
la actualidad, después de haber pasado por una pandemia que pudo haberse
originado a partir de un patógeno que tiene su origen en la vida silvestre, se
considera que el único enfoque capaz de ayudarnos a enfrentar futuras
enfermedades zoonóticas es el de Una Sola Salud. Por lo que, el papel que
desarrolla el médico veterinario es de suma importancia para enfrentarlas, pues
los esfuerzos deben centrarse en los riesgos sanitarios y zoonóticos como el
origen de los problemas de salud pública y considerar la prevención y detección
desde la fuente de origen, a través de la enseñanza de este enfoque en las
futuras generaciones de profesionales de la medicina veterinaria.
Palabras clave: salud
ambiental, zoonosis, salud pública, Una Sola Salud
Abstract
In this review,
the concept of One Health will be addressed from a veterinary medicine
perspective. It is important to mention that although this concept was
formalized at the beginning of this century, the aspects included in this
concept have been considered since ancient times and through all these years
have been named in different ways. Calvin Schwabe introduced the term "One
Medicine" in the 1970s while working in the field of veterinary
epidemiology to describe the interactions between human and animal health.
Three decades later, in 2008, the World Health Organization (WHO), the Food and
Agriculture Organization of the United Nations (FAO), and the World
Organization for Animal Health (OIE) formally adopted the concept of "One
Health" with the aim of addressing health problems at the
human-animal-environment interface. Today, after having been through a pandemic
that may have originated from a pathogen in wildlife the only approach capable
of helping us deal with future zoonotic diseases is One Health. Therefore, the
role that veterinarians play is the most important to face them, the efforts
must focus on health and zoonotic risks as the origin of public health problems
and consider prevention and detection from the source of the infection by
teaching this approach to future generations of veterinary medicine professionals.
Keywords:
environmental health, zoonosis, public health, One Health
Introducción
Las relaciones que protegen la salud humana y la salud animal se han
establecido desde la antigüedad, sin embargo, en las últimas décadas ha tomado
forma un concepto relativamente nuevo, que incluye la salud ambiental,
englobando la interdependencia entre el medio ambiente, la sanidad animal y la
salud humana; dicho concepto es denominado Una Sola Salud (Zunino, 2018).
Conforme a la Organización Panamericana de la Salud, los ejes
prioritarios hacia donde las autoridades deben enfocar los esfuerzos de
coordinación y las políticas de colaboración entre los actores en el tema de
Una Sola Salud son la salud, la agricultura y ganadería, y el medioambiente,
debido a los riesgos asociados a los sistemas de los que dependemos como
sociedad (OIE & FAO, 2015).
El comercio ilegal de las especies, el cambio climático, la alteración
del uso del suelo, la pérdida de cobertura vegetal, entre otros, son factores ambientales
que provocan que los hábitats de las especies animales silvestres se modifiquen
y que haya mayores probabilidades de interactuar con especies animales
domésticas y con el ser humano, llevando a un riesgo por un cruzamiento de
patógenos entre especies que se ve reflejado en un aumento de enfermedades
infecciosas emergentes o reemergentes (Fernández et al., 2017; Zaragoza et al.,
2019). De acuerdo con la Organización Mundial de la Salud (OMS) el 60% de este
tipo de enfermedades tienen su origen en los animales silvestres (Jawerth, 2020).
La salud humana siempre se considera el punto de partida para atender
las problemáticas sanitarias que se presentan de manera global, pero es
importante considerar la sanidad animal como el origen y trabajar en la
prevención de enfermedades más que en el control de estas. Por lo tanto, es
importante coordinar esfuerzos entre los diversos sectores de la vida
silvestre, el medio ambiente, la salud humana y la salud animal. Así que siendo
la salud un indicador del desarrollo sostenible, es un punto crucial para la
aplicación de éstas e impactar en los Objetivos de Desarrollo Sostenible de la
Agenda 2030.
Actualmente, la salud humana y animal se enfrentan a un desafío
asociado a todas las determinantes ambientales que se relacionan con los
cambios globales que está sufriendo el planeta. El cambio climático, el
incremento poblacional, la urbanización, la intensificación de las producciones
agropecuarias, la disrupción de los ecosistemas, la globalización del comercio
y el tránsito humano han ocasionado un impacto negativo en la salud, enfocando
algunos estudios en proponer y mejorar las estrategias tradicionales para
optimizar las condiciones de salud (Zunino, 2018).
El concepto de Una Sola Salud es considerado como la máxima autoridad
de los esfuerzos interdisciplinarios e impacta en los diferentes actores que
participan en la aplicación de este enfoque; en lo académico este impacto se
debe medir desde la inserción de este concepto en el plan de desarrollo
institucional en la educación principalmente de las carreras afines a la
medicina veterinaria.
El impacto gubernamental se presenta a través de un enfoque
multisectorial de colaboración, cooperación y coordinación para el apoyo e
inversión a la salud animal a través de la investigación pertinente. Los
médicos veterinarios clínicos, epidemiólogos o expertos en ecología juegan un
papel integral en la prevención, control y erradicación de las zoonosis. Por lo
expuesto antes, esta revisión pretende presentar un panorama general del
concepto de Una Sola Salud, a través de la perspectiva veterinaria.
desarrollo del tema
Una Sola Salud: concepto y componentes
El concepto de Una Sola Salud surgió alrededor del año 2000 para
enfocar los esfuerzos de colaboración de múltiples disciplinas, señala que la
salud humana y animal son interdependientes, y ambas dependen del medio
ambiente.
Esto ha permitido desarrollar investigación que contribuye a
controlar, prevenir o erradicar las enfermedades infecciosas que atacan la vida
humana y animal, que, a su vez, ocasionan mortalidades, afectaciones económicas
y alimentarias a nivel mundial, nacional y local (Zinsstag
et al., 2020). En la última década, este concepto ha adquirido mayor
importancia debido a la cantidad de afectaciones que ocasionan los factores
ambientales y las enfermedades zoonóticas en la salud pública (Overgaauw et al., 2020; Zaragoza et al., 2019).
Como se considera en el concepto, los tres componentes principales de
Una Sola Salud son: la salud humana, la salud animal y la salud ambiental. La
salud humana y animal se encuentran vinculadas directamente con las
enfermedades infecciosas, ya sea a causa de algún vector o por agentes
patógenos zoonóticos (Kelly et al., 2020). Un ejemplo de esto es la pandemia
por el COVID-19, corroborando que la relación existente es sumamente estrecha y
que la humanidad puede verse vulnerable ante cualquier agente patógeno sin
previo aviso (Yoo & Yoo, 2020).
La salud ambiental, por su parte, tiene un impacto en las enfermedades
emergentes y reemergentes, al favorecer las condiciones para que puedan
propagarse y llegar hasta sus huéspedes. La contaminación ocasionada por el ser
humano ha generado la aceleración del cambio climático, alterando las
temperaturas de la tierra y propiciando las sequías y lluvias torrenciales (Abubakr & Saavedra, 2018; Zaragoza et al., 2019), por
ejemplo, esto ha ocasionado que los mosquitos (vectores) tengan un rango de
distribución más amplio, por lo que las enfermedades transmitidas por ellos
aumentan su área de afectación (Mellor & Leake, 2000).
Una Sola Salud presenta un enfoque interdisciplinario que, a través
del control, manejo y prevención de enfermedades infecciosas, emergentes o
reemergentes causadas por el cambio climático o por los animales silvestres, de
producción y acompañamiento, establecen propuestas para mejorar la salud humana
(Mackenzie & Jeggo, 2019).
Esta estrategia tiene como objetivo minimizar los daños y maximizar
los beneficios de la gestión para la salud pública y el abastecimiento de
alimentos para cubrir las necesidades del aumento en la población con
producciones sustentables (Ledo et al., 2021).
Aplicaciones de una sola salud
Según la Organización Panamericana de la Salud (OPS) existen tres
grandes áreas o líneas en las que se vuelve prioritario el término de Una Sola
Salud, tales como inocuidad de los alimentos, el control de zoonosis y la lucha
contra la resistencia a los antibióticos (Mackenzie & Jeggo,
2019; OPS & OMS, 2021).
Inocuidad alimentaria. Producción de alimentos de
origen animal
En las últimas décadas, las necesidades de producción de alimentos han
experimentado un incremento buscando satisfacer los requerimientos de la
sociedad debido a un crecimiento exponencial de la población; aumentándose principalmente
las producciones agropecuarias de tipo intensivo y semiintensivo
(Binswanger-Mkhize & Savastano,
2017). Con estas producciones se intensificó la interacción humano-animal,
propiciando la propagación de cualquier patógeno cuando existe un inadecuado
manejo de las especies y no se dispone de sistemas de producción en óptimas
condiciones (Overgaauw et al., 2020).
Para que las producciones puedan trabajar en condiciones adecuadas y
tener éxito, es importante identificar los patógenos presentes y determinar los
efectos que pudieran ocasionar, estableciendo programas de prevención, control
y erradicación, que consideren la interconexión que los patógenos tienen con el
ambiente en el que se desarrollan y su impacto en la salud de la población
(Ledo et al., 2021). Para aplicar los programas de manejo, control y
erradicación de patógenos es indispensable establecer supervisiones constantes
por parte de las instituciones correspondientes para ordenar, regularizar y
controlar de manera eficiente y eficaz toda producción agropecuaria. Las
normas, reglamentos, leyes y demás documentos de regularización deben propiciar
un ambiente seguro y sano para los seres vivos de los ecosistemas y el papel
del médico veterinario en el cumplimiento de estos programas de inspección o
supervisión es crucial (Kelly et al., 2020; Zinsstag
et al., 2020).
Por otra parte, es importante considerar la regularización,
capacitación y buenas prácticas de manejo de sustancias químicas que generan
contaminación ambiental y que éstas a su vez ocasionan daños a los seres vivos.
Asimismo, el abuso en el uso de estas sustancias está llevando a problemas como
resistencia microbiana en el caso de los antibióticos (Abubakr
& Saavedra, 2018).
Enfermedades zoonóticas emergentes y reemergentes
Las enfermedades zoonóticas son aquellas infecciones que son
transmitidas entre animales y humanos, se consideran emergentes cuando el
patógeno que las produce es desconocido hasta el momento en el que aparece, o
bien que el patógeno ha evolucionado, se ha modificado o cambia de
hospedadores, vector, patogenicidad o cepa. Cuando la infección o el patógeno
es ya conocido, pero incrementa su prevalencia y/o sus hospedadores y cambia su
distribución; entonces es considerada una enfermedad reeemergente.
Algunos ejemplos de enfermedades emergentes y reemergentes son Ébola, Dengue,
COVID-19, enfermedad de Lyme, enfermedad de Chagas, Tuberculosis y Chikungunya (Monsalve et al., 2009; OPS & OMS, 2021).
El papel del médico veterinario es primordial en el control de enfermedades
zoonóticas, en las granjas de producción de alimentos el abordaje integral es
uno de los modelos que permiten tener un buen manejo de los animales, un
efectivo sistema de bioseguridad, en donde destaca el concepto “granjas libres
de patógenos (al exterior e interior)” y un adecuado programa de vacunación
para la prevención de enfermedades aplicando el enfoque de Una Sola Salud.
Mediante la divulgación de la información y datos sobre amenazas de
enfermedades para evaluar los riesgos, se pueden emitir alertas tempranas para
prevenir y controlar enfermedades animales, incluidas las enfermedades
zoonóticas (Dione et al., 2018). La prevención es un factor clave en el manejo
de las enfermedades emergente y reemergente, esto se puede lograr mediante la aplicación
del esquema de Historia Natural de Enfermedad que en su estructura tiene tres
niveles de prevención: El nivel primario se contemplan la promoción de la salud
(buena nutrición, higiene, limpieza instalaciones y manejo adecuado), la
prevención y la protección específica (inmunizaciones); nivel secundario el
cual contempla tres apartados el diagnóstico temprano, el tratamiento oportuno
y limitar el daño o incapacidad; tercer nivel enfoca sus esfuerzo en la
recuperación de animales y calidad de vida como caballos y pequeñas especies (Vignolo et al., 2011).
Con respecto a las enfermedades zoonóticas se han establecido sistemas
de vigilancia y programas de respuesta con el fin de abordar brotes y prevenir
la propagación de enfermedades como el virus del ébola, la gripe aviar, la
rabia y la fiebre del Valle del Rift. Estos sistemas involucran a los sectores
de la salud humana, animal y ambiental, y promueven la colaboración y el
intercambio de información entre ellos (FAO et al., 2019).
Resistencia a antimicrobianos de patógenos
zoonóticos
Desde el punto de vista de Una Sola Salud la Resistencia a
Antimicrobianos (RAM) es un problema mundial (White & Hughes, 2019), el uso
indebido de antimicrobianos en el humano, animales y ambiente, junto con la
propagación mundial de los mecanismos de resistencia dentro de estos sectores
se identifican con la principal causa de la RAM (Kraemer
et al., 2019; Wee et al., 2020). Se requiere crear
mayor conciencia en la prescripción de tratamientos con antibióticos, la prevención
de la prescripción excesiva, así como la mejora en las condiciones de higiene y
planes de control de infecciones en los humanos, animales y medio ambiente (McEwen & Collignon, 2018). Lo
anterior llevará a un uso y manejo juicioso de los antibióticos que retrasará
el fenómeno de la resistencia a éstos. Algunos países como los que pertenecen a
la Unión Europea (UE) en el ámbito veterinario han promovido medidas que
prohíben el uso de antibióticos para promover el crecimiento animal y requieren
de registros para su trazabilidad. Otras medidas que pueden contribuir a la
disminución de RAM incluyen la vacunación, así como el uso de compuestos
funcionales como probióticos, prebióticos o péptidos bioactivos (Deusch et al., 2015; Mokhtari et
al., 2017).
A nivel internacional, se llevan a cabo investigaciones
multidisciplinarias en áreas como la epidemiología, la medicina veterinaria, la
ecología, la genética y la salud pública. Además, se promueve la colaboración
entre científicos, profesionales de la salud y expertos en políticas para
abordar los desafíos de manera integral (Mackenzie & Jeggo,
2019). Asimismo, para promover la comprensión de la interconexión entre la
salud humana, animal y ambiental se han establecido programas de capacitación y
educación, los cuales buscan formar a profesionales de la salud con enfoques
interdisciplinarios y fomentar la colaboración entre diferentes sectores,
promoviendo la educación en Una Sola Salud en instituciones académicas e
incluyendo conceptos de este enfoque en las diferentes asignaturas de los
planes de estudio de medicina, medicina veterinaria y salud pública (Ledo et
al., 2021).
Al mejorar y controlar el acceso a medicamentos, vacunas y
tratamientos utilizados para el control de enfermedades se reduce el riesgo de
resistencias microbianas que pueden apoyar en la propagación y protección de
los animales domésticos o de producción, y de esta forma poder reaccionar de
manera rápida ante amenazas latentes de patógenos o enfermedades emergentes y
reemergentes para salvaguardar la salud de la población. Los gobiernos deben
trabajar en la detección temprana de patógenos, por lo que deben tener
vigilancia focalizada en los puntos donde surjan brotes de enfermedades y
convertirse en una herramienta de vigilancia epizootiológica fundamental.
Situación actual de Una Sola Salud
El enfoque de Una Sola Salud ha
ganado reconocimiento y aceptación a nivel mundial como una visión integral
para abordar los desafíos de la salud pública. La colaboración y la cooperación
intersectorial son fundamentales para su implementación exitosa, ya que
permiten abordar los problemas de manera más efectiva y alcanzar resultados
beneficiosos tanto para la salud humana como para la salud animal (Zaragoza et
al., 2019).
En Latinoamérica, el enfoque de Una Sola Salud ha ganado
reconocimiento y ha sido adoptado por diferentes países y organizaciones, la
Organización Panamericana de la Salud (OPS) ha promovido activamente el enfoque
de Una Sola Salud en la región y trabaja en colaboración con países
latinoamericanos para fortalecer la capacidad de detección, respuesta y control
de enfermedades zoonóticas, así como para abordar los riesgos sanitarios
asociados con la interfaz humano-animal (OPS & OMS, 2021).
En diversos países latinoamericanos al igual que en otras partes del
mundo, se han establecido programas específicos para abordar las enfermedades
zoonóticas que incluyen la capacitación del personal que interviene en alguno
de los puntos de la triada y proyectos de investigación que su principal
objetivo es la detección temprana, la respuesta rápida y la prevención de
brotes, reconociendo la importancia de la colaboración entre los sectores de la
salud humana y animal (OPS, 2017).
Es importante destacar que la adopción y promoción de Una Sola Salud
varía entre los países de Latinoamérica, algunos pueden tener programas más
desarrollados y recursos dedicados, mientras que otros están en las primeras
etapas de implementación; sin embrago el enfoque continúa ganando importancia
en la región a medida que se reconoce su relevancia para abordar desafíos de
salud pública de manera integral y sostenible (Ledo et al., 2021).
En México, el enfoque de Una Sola Salud ha conseguido valor en los
últimos años como una estrategia integral para abordar los desafíos de salud
humana. En 2021, se presentó el Plan Nacional de Una Sola Salud, que busca
colaborar entre los sectores de la salud humana, animal y ambiental para
fortalecer la vigilancia y control de enfermedades zoonóticas, mejorar la
seguridad alimentaria y promover el uso responsable de antimicrobianos y
fomentar la investigación y la educación en el campo de Una Sola Salud
(Secretaría de Salud, 2021).
Como seguimiento a lo establecido en este Plan Nacional, se ha creado
la Comisión Nacional de Una Sola Salud en México, la cual está conformada por
representantes de los sectores de la salud humana, animal y ambiental, así como
por expertos y académicos, cuyo objetivo es coordinar acciones, promover la
colaboración intersectorial y desarrollar estrategias conjuntas para abordar
los desafíos de salud desde una perspectiva integral (Botello et al., 2022).
En México, se realizan investigaciones en el campo de Una Sola Salud,
enfocadas en áreas como la epidemiología, la salud ambiental, la medicina
veterinaria y la salud pública. Se fomentan proyectos colaborativos que
involucran a investigadores, estudiantes de medicina veterinaria, profesionales
de la salud y expertos en políticas para abordar los desafíos de manera
integral (Lozano-López et al., 2022; Torres-Castro et al., 2023).
A partir de la pandemia de influenza A H1N1 de 2009, se han hecho
esfuerzos por trabajar de manera colaborativa para atender emergencias
sanitarias entre los sectores involucrados, sin embargo, todavía falta
establecer modelos para una gobernanza interinstitucional en la que se dejen
claras las acciones concretas que tienen que llevar a cabo cada una de las
instituciones involucradas en la triada salud humana, animal y ambiental (Hegewisch-Taylor et al., 2022).
La Medicina Veterinaria desde el enfoque de Una Sola
Salud
La enseñanza de la medicina veterinaria desde el enfoque de Una Sola
Salud implica incorporar los principios y conceptos de este enfoque holístico
en el plan de estudios y la formación de los futuros médicos veterinarios. Por
tanto, es fundamental integrar conocimientos y colaboración con profesionales
de otras disciplinas relacionadas con la salud humana y ambiental, como
médicos, epidemiólogos, ecólogos y especialistas en salud pública, facilitando
una comprensión más amplia de los problemas de salud pública y zoonosis para
abordarlo desde múltiples perspectivas (Suárez-Lima et al., 2019).
En los planes de estudio en los que se tiene en cuenta ese enfoque de
Una Sola Salud, los estudiantes de medicina veterinaria son instruidos acerca
de los mecanismos de transmisión de enfermedades entre animales y humanos, así
como la influencia de los factores ambientales en la salud de ambos, para que
consideren el impacto de la salud animal en la salud humana y viceversa, reconociendo
la importancia de un enfoque integral (Leopardi et al., 2021; Nguyen et al.,
2020).
Se hace énfasis en la importancia de la prevención de enfermedades y
la promoción de la salud en todas las especies y los futuros médicos
veterinarios aprenden a identificar y gestionar los riesgos de enfermedades
zoonóticas, así como a participar en la vigilancia epidemiológica y la
respuesta a brotes, sin perder de vista el aspecto ambiental; los impactos de
la actividad humana en el medio ambiente y cómo esto puede afectar la salud
animal y humana y proponer soluciones para conservar la biodiversidad y el
manejo sostenible de los recursos naturales (González & Pimienta, 2022).
A través de la academia se promueve la investigación en el ámbito de
Una Sola Salud y la enseñanza de habilidades para la recopilación y el análisis
de datos, así como para la toma de decisiones basadas en la evidencia
científica; esto ayuda a los futuros médicos veterinarios a abordar los
desafíos de salud desde una perspectiva informada y fundamentada en datos con
una visión de un enfoque de manejo integral, considerando la triada (Suu-Ire et al., 2021).
La implementación del enfoque en la enseñanza de la medicina
veterinaria puede variar entre instituciones y países, sin embargo, la integración
de los principios contribuye a la preparación de profesionales más capacitados
para abordar los desafíos de salud desde una perspectiva global y colaborativa;
asimismo, es importante destacar que la única forma que la humanidad tiene para
protegerse de futuras pandemias es mediante este enfoque holístico de Una Sola
Salud (Leopardi et al., 2021).
Un ejemplo de proyectos educativos destinados a fomentar el enfoque de
Una Sola Salud son los cursos y diplomados ofertados por la Universidad Nacional
Autónoma de México (UNAM) con el propósito de formar a profesionales de la
salud y promover la colaboración interdisciplinaria. Se han llevado a cabo
también conferencias y eventos para difundir los principios de Una Sola Salud y
sensibilizar a la comunidad sobre su importancia, sin embargo, aún falta
reforzar los conocimientos sobre el concepto para lograr esta educación y
manejo holístico de las problemáticas asociadas a los problemas de salud
(Coria-Lorenzo et al., 2019).
Una Sola Salud y los Objetivos del Desarrollo
Sostenible (ODS)
Aún y cuando los ODS no se han enfocado estrictamente en una Sola
Salud existen 8 de ellos que tienen relación estrecha entre la salud humana, la
sanidad animal, la conservación de la biodiversidad y la sustentabilidad los
cuales son: 1 eliminar la pobreza, 2 hambre cero, 3 salud y bienestar, 6 agua
limpia y saneamiento, 12 producción y consumo responsable, 13 acción por el
clima, 14 vida de ecosistemas acuáticos y 15 vida de ecosistemas terrestres, y
están vinculados de forma directa con las enfermedades infecciosas emergentes y
reemergentes (Di Marco et al., 2020).
Organizaciones multilaterales y no gubernamentales a nivel mundial,
entre las que destacan la Asociación Veterinaria Mundial, han establecido una
Alianza denominada Action for
Animal Health. Estos representantes hacen un llamado
especial a los líderes de las naciones que conforman el Grupo de los Veinte
(G20), el cual es un foro internacional de gobernantes y presidentes de bancos
centrales sobre los que recae las políticas relacionadas con la estabilidad
financiera internacional.
La alianza Action for
Animal Health emitió una carta en la que se hace un
llamado contundente a las agencias internacionales ante la falta de inversión
en los sistemas de salud animal para prevenir enfermedades zoonóticas,
considerando que más del 75% de las infecciones emergente provienen de los
animales y las enfermedades zoonóticas causan 2,7 millones de muertes en
humanos anualmente (Boadella et al., 2011).
La Organización Mundial de Sanidad Animal reconoce que los esfuerzos
se centran en la zoonosis, que es cuando los patógenos se transmiten de los
animales al hombre, pero el factor de transmisión también puede presentarse a
la inversa, es decir, hay patógenos que pueden transmitirse del hombre a los
animales (antropozoonosis), que ocurren principalmente en especies cercanas
genéticamente al hombre, susceptibles a enfermedades y que pueden llegar a
ocasionar crisis en la sanidad animal, ya sea en especies domésticas o silvestres
(Marrana et al., 2021).
Las consecuencias sociales y económicas han quedado claras con la
pandemia de COVID-19; sin embargo, aún antes de esta pandemia ya eran
necesarios cambios sistémicos para restaurar la relación
hombre-salud-naturaleza, para abordar los detonantes ambientales de las
enfermedades zoonóticas (Gómez-Luna et al., 2020; Suu-Ire
et al., 2021).
CONCLUSIONES
El gran reto para los gobiernos y sus líderes es garantizar que las
comunidades, incluso las más alejadas puedan acceder a servicios de sanidad
animal, de esta manera el gobierno estaría enterado de primera línea y en el
tiempo prudente sobre las enfermedades que afectan a los sistemas de producción
alimenticia para estar en condiciones de ofrecer servicios y ayudar a controlar
dichas problemáticas, generando una barrera que permita contener esas
enfermedades en áreas puntuales.
La inclusión de Una Sola Salud en la enseñanza de la medicina
veterinaria considera la triada salud animal, humana y ambiental como base de
una educación holística, basado en rediseñar los planes de estudio y los
recursos del aprendizaje para incorporar este enfoque en la enseñanza de las
ciencias.
El enfoque de Una Sola Salud afronta los actuales y complejos retos
sanitarios de la sociedad, mediante esta multidisciplinariedad, cumpliendo con
los objetivos de desarrollo sustentable (ODS).
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